viernes, 25 de octubre de 2013

INICIO DE LA GUERRA CIVIL EN FUENTE ÁLAMO. SITUACIÓN DEL FRENTE.


      
Con estos temas dedicados a la Guerra Civil y a la Posguerra, intentaremos recodar su paso por Fuente Álamo y sus consecuencias.  De esta manera recuperar su memoria histórica, que todos los fuentealameños debemos conocer, de la que debemos aprender, para evitar que no  vuelva a repetirse.
Comenzaremos diciendo que Fuente Álamo, como núcleo poblacional, se mantuvo en zona republicana durante toda la contienda hasta la caída de la República y el triunfo de los sublevados.
Para entender el contexto en que se desenvolvió la Guerra Civil en Fuente Álamo, diremos que a pocos meses del inicio de la contienda, las tropas nacionales comienzan una ofensiva hacia Alcalá la Real (tomada entre finales de septiembre y 1º de octubre del 36), y ello con el propósito de establecer un pasillo de seguridad y comunicar Granada y Córdoba (en manos de los nacionales desde agosto del 36). En dicho pasillo -Alcalá la Real, Priego de Córdoba y Cabra- se encontraba el flanco sur y suroeste de Fuente Álamo, (carretera que une Alcalá y  Almedinilla), en concreto  la zona que va desde el Cerro del Ayozo hasta el Cortijo Suárez (límite de Fuente Álamo con la provincial de Córdoba). Esta zona y posteriormente la zona de la meseta de la Cornicabra, fueron las únicas zonas de Fuente Álamo que cayeron en manos de los nacionales, antes de la rendición total.
Debemos tener en cuenta que el frente por el  este y sureste de Fuente Álamo avanzaba o retrocedía levemente según el desenvolvimiento de la batalla, así el 7 de julio de 1937, se produce un ataque republicano que llega hasta las primeras casas de Alcalá, cortando la carretera que une Alcalá y Priego (ABC-Madrid 8/07/37),  pero por lo general se mantuvo casi toda la contienda en la línea marcada por el Cerro de Los Cierzos (posición republicana),  Cerro de la Cornicabra (posición republicana), Meseta de la Cornicabra (ocupada por los  nacionales), el Cerro del Ayozo (ocupado por los nacionales). En La Vanguardia (tendencia republicana) del día, Martes, 5 de octubre de 1937 se publica:“…han sido bombardeadas las concentraciones enemigas descubiertas en la carretera de Alcalá la Real a Almedinilla (Jaén).” En el ABC-Sevilla (zona nacional) del día  29 de marzo de 1938 se publica: “ En el frente de Jaén, Sector Alcalá la Real, se ha rectificado nuestra línea a vanguardia, habiéndose ocupado, no obstante la resistencia del enemigo, el vértice de Allozo y la meseta de Cornicabra.”  Mientras que el parte oficial de Guerra republicano publicado en La Vanguardia y en el ABC-Madrid del mismo día dice: “Muy a primera hora de la mañana, el enemigo inició un ataque contra algunas posiciones ocupadas por nosotros en el sector de Alcaudete. Tal acción ofensiva fue apoyada por aviones, tanques y mucha artillería, elementos éstos que actuaron contra Los Cierzos y Cornicabra. Dicho ataque, así como otros cuatro que sucesivamente se emprendieron, los rechazaron vigorosamente las tropas republicanas que combatieron con excelentísima moral. Los rebeldes sufrieron gran quebranto, dejando delante de las posiciones que inútilmente pretendieron conquistar, cerca de trescientos cadáveres”.
Como hemos dicho Fuente Álamo, aldea y todo su estrecho flanco oeste, dirección Sierra de Vizcántar (posición republicana) y Sileras (ocupada por los republicanos el día 21 de Enero de 1937) y Fuente Tójar, (tomada 10 de agosto de 1936 por los nacionales), sirviendo el río Todos Aires (Caicena o San Juan) de línea fronteriza, permaneció en zona republicana hasta el final del conflicto (como toda la zona oriental del término municipal de Alcalá la Real); al igual que en dirección norte, orientación hacia La Rábita y Las Grajeras (zona republicana) y noroeste, zona de Puertollano -Las Caserías-Cerro Los Cierzos (posición republicana).
En los primeros meses de la contienda, el gobierno de Alcalá la Real hasta su toma, recayó en la corporación municipal republicana y los comités populares detuvieron a los derechistas más destacados, le incautación sus propiedades y comenzaron la colectivización del campo y terminaron con la ejecución de ricos, sacerdotes y cargos públicos y judiciales. Gran parte de estos actos radicales fueron realizados por las milicias del 216 Batallón de la 79 Brigada Mixta dirigido por el Comandante José Poblador Colás “Pancho Villa”. Dicho Batallón, tuvo que salir de Alcalá la Real y moverse por los municipios de Valdepeñas de Jaén, Los Villares, Castillo de Locubín y Frailes, a la vez que otros republicanos huían hacia las aldeas más orientales, como Fuente Álamo.
Una vez tomada Alcalá la Real por los sublevados, Fuente Álamo permaneció en zona republicana sin que se produjese cambios de gobierno en la aldea, continuando como alcalde pedáneo Vicente Aguilera Castillo y como secretario, Matías Pérez Lizana, por lo que no regían las normas que establecían los nacionales  en  Alcalá la Real, a la que pertenecía antes de la contienda y por tanto no pudieron llegar las represalias franquistas que se produjeron en Alcalá la Real durante el mes de octubre de 1936 con los fusilamientos producidos fundamentalmente en la Carretera de Priego.
Con el inicio de la Guerra Civil se produjeron en la aldea actos violentos contra los nacionales, pero con menor intensidad que en Alcalá la Real,  caso de  Juanillo “El León” y  Matías de “El Ayozo”, a quienes los comités populares, intentaron matarlos, pero Vicente Aguilera (el alcalde republicano) intercedió y dijo que para matarlos los mataban ellos, siendo posteriormente liberados. También se cuenta como otros aldeanos ricos, fueron  atados y llevados a Almedinilla, donde fueron socorridos por otros nacionales fuentealameños que ya habían huido y se encontraban allí. Otros ricos, como un vecino del cortijo de la Cornicabra (en pleno frente), Antonio Ramírez, “Andanas”,  llegó en plena contienda, una noche a casa de Sandalio (Cortijo del Peñón) y le propuso cambiar de zona y marchasen zona nacional que estaba en Alcalá la Real, respondiendo Sandalio que él no se marchaba y que fuese lo que Dios quisiera.
A estas “huidas” le seguían los expolios y saqueos de las viviendas abandonadas, con sus enseres, objetos, como eran camas, colchones, sillas y hasta bicicletas, también arados o maquinillas, gradas y demás aperos de labor. Más de siete yuntas de mulos, fueron incautados y cuidados en el molino de Cañuelos, donde se habilitaron unos pesebres, y eran cuidados por un tal Cerrillo, que era de Cuesta Blanca.
Otros como Antonio  apodado “Marineta”, cuando comenzó la Guerra se tuvo que marchar de Fuente Álamo, por razones obvias, siendo más generoso y repartiendo sus pollos y pavos entre “sus enemigos”, pero con las consecuencias que contaremos en otra entrada dedicada a la terminación de la Guerra y sus represalias.
También se produjeron algunos actos vandálicos anticlericales como los ocurridos en el pilar con la imagen de San Antonio, así cuando fueron a quemar a las tallas, llamaron a Ventura Palomino, quien era muy religiosa, y le preguntaban con fuerte aire anticlerical, con un palo en la mano, que dónde le daban a San Antonio, entre ellos Pedro Ramírez Alba apodado “Pedro la Muerte”. Previamente los metieron en el pilar, donde les decían que como eran santos no se ahogarían, los ataron con una cuerda, los llevaron arrastrados a la puerta donde actualmente se encuentra ubicada la Cooperativa Ntra. Sra. del Rosario, y les prendieron fuego, pues eran de madera. En el acto participaron las autoridades republicanas y también otros como el apodado “Villota” (primo de los Arenas), que era zocato, en todos sentidos.
Otros tuvieron mala suerte caso del apodado “Parraca”, que vivía en la casa de Pacheque, cuando se iba para Alcalá, al encontrarse un grupo de combatientes les dijo: “Salud, Camarada”, pensando que eran los rojos, pero con tal desatino, que eran  fascistas, por lo que no les hizo mucha gracia y le pegaron dos tiros y lo mataron.
Unos meses antes del inicio de la contienda se produjeron intentos de colectivización de la tierra, llevados a cabo por la Filial Cooperativa de la Sociedad de Agricultores, “La Espiga Floreciente” en concreto el 10 de abril de 1936 aprobó la conveniencia de solicitar en arrendamiento, la finca denominada Cortijo “Clavijo” al Ayuntamiento de Alcalá la Real, pues finalizaba el arrendamiento a un particular el 15 de agosto, que no se pudo llevar a cabo formalmente pues a finales de septiembre de 1936 fue tomada Alcalá. Durante toda la contienda se labraron las tierras que habían sido usurpadas a los nacionales y que habían tenido que abandonar en su huida.
Dedicaremos otras entradas al desarrollo y desenvolvimiento de la Guerra Civil en Fuente Álamo, así como a su finalización y la Posguerra. Debemos de decir que algunos de los datos aportados, como es evidente, no están totalmente contrastados por razones obvias, pero están basados en comentarios, manifestaciones y recuerdos de personas mayores de Fuente Álamo. Debo pedir disculpas por haber perdido algunas décadas para hacer este trabajo, y desaprovechando la oportunidad de contactar con personas mayores que tuvieron más conocimiento de causa y que actualmente no viven. De todas formas hubiese sido más difícil por los miedos y por aquello de querer olvidar cuanto antes lo pasado, pero es justo y necesario, aunque sea de esta forma,  recordar y recuperar la memoria histórica de Fuente Álamo.
 En este caso, como en las demás entradas, es muy importante que cada fuentealameño pueda contar cosas y datos que recuerde o que le hayan contado sus abuelos o padres, para que entre todos podamos reconstruir la historia de Fuente Álamo en la Guerra Civil.



sábado, 12 de octubre de 2013

BODAS, BAUTIZOS Y CONFIRMACIONES EN FUENTE ÁLAMO.

  En las bodas religiosas, la novia fuentealameña era quien poseía el derecho o el privilegio de elegir el lugar para la celebración. No podía ser otro que la Iglesia de San Antonio de Padua de Fuente Álamo. Salía desde su casa prematrimonial, cogida del brazo de su padre, quien la entregaba al padrino, en el caso de que tal honor no coincidiera en su misma persona. Unos metros tras la novia y el padrino, le seguía el novio y la madrina. Hacían el recorrido por las calles de Fuente Álamo, seguidos de una comitiva nupcial compuesta de niños, niñas, jóvenes, mozuelas, mujeres, hombres y ancianos, es decir, por todo el pueblo, y algún que otro curioso, como Mateo El Guarda, que pasaba por allí. Esto es en el caso de que el novio fuese fuentealameño, en caso contrario, y que por lo general solía ser de una aldea cercana, esperaba en la explanada de la referida iglesia, a cuyo lugar llegaría todo aquel cortejo nupcial, con la novia a la cabeza.
 Antes de los años 70, eran numerosos los casos en los que el novio “se llevaba a la novia” y por tanto apenas había bodas. Se formaba lo que hoy se conoce como parejas de hecho, pero con la diferencia de que había que consolidar a posteriori el matrimonio, bien civilmente o religiosamente. Esto se realizaba mediante el sistema de “echarse las bendiciones”, que en algunos casos las “echaban” unos misioneros que llegaban a Fuente Álamo sobre los años 50, y lo hacían a grupos de 8 ó 10 parejas, caso de Marcelino y Mariana (1953). Un cura, a principios de los años 60, puso impedimentos para casar al hijo de Pablo Román, porque “se había llevado la novia”, a lo que respondió Pablo: Sepa que si Ud. no quiere, “curas hay para apestar”.
  Los motivos de que el novio “se llevase a la novia” podían ser diversos: uno de los principales era el impedimento que los padres, sobretodo los de la novia, podían poner a la relación; así como el no poder sufragar los gastos de la celebración.
Por poner algunos ejemplos de bodas tenemos la de Luis Cano Nieto, quien se casó con Consuelo Carrillo Pérez el 22 de Octubre de 1955, en la Iglesia de San Antonio de Padua. Después de la ceremonia en la iglesia, se fueron con toda la familia a celebrarlo al cortijo de la Sangradera. En la puerta del cortijo, pusieron unas mesas y sirvieron unos pollos asados, la tarta y también café.
En 1958, se casaron Antonio Aguilera Valverde e Iluminada Valverde Ramírez, los dos fuentealameños, en la Iglesia de San Antonio. La misa fue oficiada por el cura Don Cristóbal; después, junto con todos los invitados se celebró el convite en la taberna de Domingo Aguilera.
En los años 60, se celebraban bodas religiosas, y un previo curso prematrimonial que se realizaba en la iglesia de Fuente Álamo, aunque algunos como Lorenzo Pérez Cano (El Carchelejo), quien se casó con Francisca Ramírez Zuheros (fuentealameña), se libró de hacer dicho curso, pues le aconsejó Joseíllo Carrillo, que le dijera al cura, que trabajaba en Alcalá la Real con su hermano, (que fue su compadre) y que pusiera que residía allí. El cura no se lo creyó y el mismo día de la boda le dijo, según el propio Lorenzo: “¡Como me engañaste, pájaro!”. El convite se celebró en el Bar de Crescencio “El Chofer”, (todavía no había abierto Puche), y estuvo amenizado por el grupo de músicos de La Rábita, Los Capitanes. Se celebró en toda la parte baja de la taberna. Pensaron sacar mesas en la terraza, pero se puso a llover, y tuvieron que acomodar a los invitados en la casa de Matías Candio y en la casa donde estuvo ubicado el antiguo Bar Royal. Entre las dos casas y la taberna se celebró “el gasto”. Recuerda que no se juntó mucha gente y sacarían en regalos unas 10 ó 12 mil pesetas. El menú consistió en aperitivos, fiambres, atún, queso, salchichón, jamón, vino y cervezas.
            Feliciano Ibáñez Sánchez y Justa Aguilera Cano también la celebraron, en esos años, en el mismo bar. Eran bodas familiares.
 Poco a poco, las bodas se convirtieron en un gran acto social y económico, en el que participaba no sólo la familia, sino prácticamente la aldea al completo. No quedaba ninguna familia sin invitar, formándose un entramado social, que una vez que se entraba ya no se salía, por aquello de que tu me invitas, yo te invito. Proliferaron este tipo de celebraciones, llegando incluso a venir los novios que habían estado viviendo fuera a celebrar la boda en Fuente Álamo, para no perder el botín que ello suponía.  Eran los padres de los novios los que pagaban los gastos del envite y los que tenían que saldar las deudas con sus invitados. Parece todo esto muy materialista, pero era una realidad social. Cada padre o madre quería que la boda de su hijo o hija fuera la más grande y la mejor, porque el dinero que se “recaudaba”, era el premio que se llevaban los novios, por haber contribuido como soltero/a al mantenimiento de la familia. Y es que en estas épocas existía “una sola cartera” en cada casa y hasta que  se emancipaban, tenían que estar aportando “a la casa”, íntegramente todos los ingresos obtenidos por el trabajo, para sufragar los gastos familiares. También esta recompensa solía ir acompañada de un pequeño ajuar o del dormitorio de soltero.
 Las bodas hasta los años 90 eran todas religiosas. Una vez celebrada la ceremonia religiosa, le seguía el envite, convite, ambigú, luch, al que como hemos dicho, estaban invitados casi todos los vecinos. Se llevaba a cabo en el Salón de bodas Peñalver, “El Trompero” en Alcalá la Real, para lo cual, en la Piquera esperaba un autobús de Contreras, para trasladar a todos los invitados. El salón de El Trompero era el lugar habitual para la celebración, donde los entrantes de jamón, salchichón y queso, el segundo plato de atún con tomate, carne o pescado y la tarta de postre, era el menú más repetido y casi único. Eso sí, no faltaba el puro de regalo, previa cola y “previo pago”. No había lo que después se llamó la barra libre.
  El viaje de novios en los años 60 y 70 no estaba al alcance de muchas parejas. La noche de bodas solía pasarse en la misma casa que se había preparado para la vida de casados, donde se ponía en funcionamiento una mínima parte del ajuar de sábanas, ya que se preparaban sábanas para casi toda la vida. Si era en Fuente Álamo, solía ser alguna casa o cortijo que quedaban vacíos, como El Praíllo, la Casilla de Patrocinio, El Peñón, ect...  Alguna pareja de recién casados, solía hacer un viaje de novios a la Alhambra, o por la costa andaluza; normalmente se aprovechaba para visitar algún familiar que vivía en otras provincias.
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Los bautizos eran el primer acto religioso de bienvenida y presentación en familia de los niños en Fuente Álamo. Una vez finalizado dicho acto, los niños esperaban en la explanada de la iglesia y con la palabra “roña”, solicitaban a los padrinos que echasen caramelos o monedas. Después se  hacían reuniones familiares celebradas en la casa, donde los protagonistas aún seguían siendo los padres. El nombre habitual y más usado era el de Antonio, así en un corte poblacional del censo de 1993, de 249 censados mayores de 18 años, encontramos 26 Antonio/a, seguido de 23 Francisco/a. Para distinguirlos es necesario utilizar el pseudónimo o apodo, sin embargo el nombre de la patrona “Rosario” se ha usado en pocas ocasiones. En tiempos más recientes, los nombres “raros”, extranjeros o de telenovelas se han ido apropiando de la aldea al igual que de otros lugares de España.


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Las confirmaciones se celebraban en San José de la Rábita donde venía el obispo de Jaén y se hacía un día festivo. Yo me apunté, pero no pude ir, o sea que no estoy confirmado. Poco eran los fuentealameños que continuaban en la fe a través de la confirmación.

Como siempre, la entrada quedará abierta para que cada uno de los fuentealameños/as que quieran y lo deseen, puedan contar alguna anécdota en relación al día de su boda, bautizo o confirmación.