domingo, 28 de abril de 2013

CONSTITUCIÓN DE LA COOPERATIVA NTRA. SRA. VIRGEN DEL ROSARIO DE FUENTE ÁLAMO

EL ASOCIACIONISMO EN FUENTE ÁLAMO. II PARTE
PÁGINA EN PROCESO DE REVISIÓN

       

sábado, 6 de abril de 2013

CREENCIAS, FE Y RELIGIÓN EN FUENTE ÁLAMO.


Los fuentealameños, por lo general, han sido y  son un poco agnósticos, más los hombres, que las mujeres, y en épocas, como en la II República y durante la Guerra Civil, algunos demostraron el ateísmo propio de la época, llevando a sus últimas consecuencia el Art. 3º de la Constitución de 1931, que  recogía que “El Estado español no tiene religión oficial”. Se cuenta que en estos tiempos, la otra imagen que había de San Antonio, tallada en madera, fue atada con cuerdas y arrastrada por el pueblo y mojada en el pilar, a la vez que se le decía “como eres Santo no te ahogarás”, y según se cuenta finalmente quemada para hacer unas migas, se le atribuye el “acto vandálico”, muy corriente en la época republicana, entre otros a Vicente Aguilera Castillo, que era el alcalde  y a Matías Pérez Lizana,  el secretario, quienes después de la Guerra tuvieron que “penar” por “sus pecados”.
Hubo un cierto tiempo, entre los años 40 y 80 del siglo pasado, en que los fuentealameños, sobretodo las  mujeres, creían o tenían fe en los “santos”, fundamentalmente en el Santo Custodio o el Santo Manuel. Estos “falsos santos” o curanderos, tuvieron bastante seguimiento y devoción por parte de las fuentealameñas, suponiendo esta fe, un tanto ciega, en algún caso, hasta la ruptura sentimental, al decirle al novio, que ese día había ido a ver al Santo Manuel y no a él. A Fuente Álamo venía un “santo”, llamado José Sánchez González, o “Santo Pacheque”, pues era familia y trabajaba en la recolección de aceitunas con Luis Montes González. Se cuenta y el mismo llegó a decirlo, que algunos “milagrillos” había hecho, la verdad es que tenía cara de buen hombre. Según Costorillo, todo lo que le predijo a él, se está cumpliendo, era su tío, y cuenta que en la Hoya del Salobral, en la pequeña cueva donde rezaba el Santo Custodio, vio como su tío, hizo andar a un enfermo que estaba cojo.
También se  creía y en algunos casos, se sigue creyendo en otros santos o más bien, curanderos, como Solanillo de las Chozas, al que se acudía para curarse del “mal de ojo”, quien recurría a oraciones a la Virgen o al Señor o a otro tipo de rituales, para alejar el mal.
Los fuentealameños procesan devoción a de San Antonio de Padua, su patrón, a quien las mujeres le decían una oración para pedirle un buen marido:
San Antonio, bendito,
dame un marido
que no fume tabaco
ni beba vino.
San Antonio, bendito,
ya me lo has dado,
jugador y fumador
y enamorado.

También se veneran pequeñas imágenes de la Virgen, que por grupo de familias, más bien de mujeres, se la van pasando de casa en casa, por un turno establecido. Es una pequeña imagen, dentro de una ermitilla de madera, con una pequeña rendija en la parte posterior, por donde introducíamos “gordas” o como mucho, una peseta, en los años 60, a la vez que le hacíamos plegarias a la Virgen.
La religiosidad católica, en cierta forma impuesta, propia de la época franquista y la devoción que se tenía a la Virgen del Rosario, hicieron que en 1959, al constituirse la cooperativa agrícola, adoptase el nombre de la patrona del pueblo Nuestra Señora del Rosario, iniciándose los actos de constitución de la misma con una oración en honor a la Virgen, sin que resultara paradójico que algunos de los agricultores que participaron en aquella oración, en tiempos de la II República se habían declarado profundamente ateos.
También Fuente Álamo tiene calles o plazas relacionadas con la religión como la calle Sacristán, en honor a Luis Valverde, “el Sacristán”, que le sirvió de sobrenombre, pese a que nunca lo fue y  el apodo le vino por otros motivos.
El hecho de que la escuela, desde 1948 fuese propiedad de la fundación Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia (SAFA), hizo que el adoctrinamiento en la educación cristiana en Fuente Álamo, fuese doble, el propio del franquismo y el propio de la institución religiosa que la dirigía. La religión católica se procesaba en la propia escuela, donde el alumno más aventajado daba la catequesis a los que niños que iban a hacer la primera comunión, y donde el maestro D. José Oria explicaba la ubicación de Dios, con gestos, dando vueltas a las manos, a la vez que preguntaba, ¿dónde estaba Dios?, respondiendo Francisco, que Dios estaba dando vueltas.
Los actos religiosos son normalmente fusionados, por no decir confundidos, con los actos festivos y lúdicos, que son numerosos a lo largo del año, desde la Navidad, pasando por la Semana Santa, la Romería de la Virgen de la Cabeza, Las Flores de Mayo, la Romería de San Isidro, San Antonio, hasta la fiesta mayor en honor a la Virgen del Rosario. La Navidad se celebraba casi al margen de la religiosidad, y se representaba con el canto de villancicos por la murga, en casas o cortijos. La Semana Santa, en Fuente Álamo, consistía en ayunar el Viernes Santo, y nos decían que no se podía mostrar ningún tipo de alegría o júbilo, con cantos o escucha de música, que no podíamos pelearnos, y a comer los platos típicos del Viernes Santo, como era el potaje de garbanzos y habichuelas, tortilla de espárragos trigueros o de collejas, bacalao rebozado, y flan o arroz con leche de cabra, pero lo que era la pasión cada uno llevaba su penitencia como podía, pues en la misa eran 15 ó 20 mujeres, los demás a las procesar en Alcalá la Real o en Priego de Córdoba. Con ello no quiero decir que no exista una verdadera fe católica, sino que cada uno la lleva a su manera. También, hasta los años 70, se le daba más solemnidad a los actos religiosos y las jóvenes se vestían incluso de mantilla en las Flores de Mayo.


También se tiene cierta devoción a la Virgen de la Cabeza, que en pequeños grupos y en romería acuden el último domingo del mes de abril, al Cerro del Cabezo en Sierra Morena. No con la intensidad propia de los alcalaínos, los fuentealameños acuden el 15 de Agosto a venerar la Virgen de las Mercedes, patrona de Alcalá la Real,  si bien, la Virgen solamente ha acudido una vez en su historia a Fuente Álamo el día 12 de septiembre de 2010, siendo multitudinaria su acogida por sus vecinos.
Sean más o menos creyentes, todos los fuentealameños contribuyen cuando se le requiere para ayudar o colaborar con la iglesia, así con las pequeñas aportaciones de los hermanos y con la iniciativa de Pepi Jiménez, se han podido restaurar recientemente las figuras de San Antonio, de la Virgen del Rosario y el Sagrado Corazón de Jesús, finalmente en 2012.
La llegada de familias inglesas o los matrimonios con extranjeros que profesaban religiones distintas a la católica, ha hecho que exista cierta diversidad religiosa en Fuente Álamo. Por otra parte los fuentealameños por lo general son receptivos y escuchan cuando llegan a la aldea  los Testigos de Jehová, aunque sea sólo por cuestión de educación y no devoción.
    MISTERIO DE LA CRUZ DEL ROCASTRO.-  Durante la noche de un día de los años 70 apareció misteriosamente una cruz de piedra en la parte superior de un montículo situado al lado de la higuera de Francisca “La Pasta”. La autoría no se supo nunca, pero todo el mundo sospechaba o apuntaba a Matías Aguilera Anguita, “Matías Candio” pues era quien todas las tardes, en sus últimos años, acudía a rezar situándose de rodillas frente a dicha cruz. La leyenda cuenta que sobre los años 20 ó 30 una niña se encontraba en dicho lugar y una piedra comenzó a rodar y la aplastó, y que se debió a una imprudencia de un labrador, mientras araba, aunque el misterio seguirá sin desvelarse, creo que fue otro el motivo.
    HISTORIA DE LOS GATOS QUE SE HICIERON ATEOS.- Cuenta que el señorito del Coscojar Alto, apodado “Caracordel” al parecer viene del  apellido Caracuel, era muy religioso, al sentarse a la mesa rezaba y daba gracias al Señor por los alimentos, mientras que sus gatos se colocaban a su alrededor, esperando las migajas. Comoquiera que el Sr. Caracordel  tuvo que hacer un viaje, dejó al encargado del cortijo, al cuidado de sus gatos. El cortijero le quiso gastar una broma y continuó con la ceremonia ante la mesa, rezando igual que su amo, pero con la excepción, de que  al decir la palabra “amen”, comenzaba a gritar y a pegar a los gatos, espantándolos. Cuando volvió el Sr. Caracuel, continuó con la misma ceremonia, de tal forma, que al terminar con la palabra “amen”, saliendo todos los gatos en estampida, sin explicarse el motivo de dicha reacción, diciendo: “Dios mío, estos gatos se han vuelto ateos”.